domingo, 3 de abril de 2016

Juventud, divino tesoro ¿y la vejez?

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Hace unos domingos visitaba a mis abuelos en el pueblo. No era una visita normal, más bien era una despedida porque no podré verlos durante unos meses. Por ello, esa tarde, fue especial. Estuvimos hablando, viendo la televisión, tomando unas pastas… y en relación a la conversación surgió el tema de las personas mayores. Mi abuela, recordó un texto de Conrado Pelaz Canal (natural de Villambroz, 1909) que quiso leernos a mi madre y a mí. Parte del escrito, que me parece interesante recoger aquí, decía:
"Yo sé de muchos jóvenes que al pasar cerca de un anciano ni siquiera le miran. ¿Es que creen que ellos nunca van a ser ancianos? También nosotros fuimos jóvenes y hasta aquí llegamos, por fortuna. ¡Cuántos otros emprendieron este camino y no pudieron llegar! Sucumbieron antes, por desgracia.
No saben estos jóvenes, la alegría que nos darían si al pasar cerca de nosotros nos dijeran, siquiera, ¡hola!, ¡qué hay!, ¡buenos días o tardes o hasta pronto! O alguna otra admiración como éstas.
Pensad jóvenes queridos en el futuro, que algunos, ancianos llegaréis a ser y Dios quiera que vuestros hijos y vecinos os sepan mucho querer. Un consejo os voy a dar, el que dice el poeta: "Queramos a los mayores, demostrémosles amor, que si se sienten queridos, dándoles nuestro cariño, suelen ser agradecidos".

Escuchar estas palabras de la boca de mi abuela me hicieron reflexionar. Es verdad que muchas veces, los jóvenes, no apreciamos lo que debiéramos, a las personas mayores. No valoramos su experiencia, su sabiduría, ni su andadura en la vida. Y tantas, tantas, lecciones que nos pueden ofrecer. Nosotros, los jóvenes pensamos que la juventud, en la que estamos de paso, es eterna y que nunca llegaremos a ser como ellos. ¡Qué equivocados estamos! Precisamente, ahora opino que hacernos mayores y alcanzar la vejez, es uno de los regalos más grandes que nos otorga la vida ya que, como indicaba Conrado Pelaz, "algunos lamentablemente se quedan a mitad del camino". Más que alejar y distanciar a nuestros mayores, lo que deberíamos hacer es mostrarles a diario lo importantes que son para nosotros, manifestarles que no estorban y que aún siguen siendo imprescindibles, porque lo son. Deberíamos verles como esos ejemplos a los que seguir ya que han llegado hasta ahí con menos facilidades de las que disponemos nosotros en la actualidad. Además, amigos míos, opino que "no hay que lamentarse por envejecer pues es un privilegio negado a muchos", por ello mismo, si la juventud es un "divino tesoro", la vejez podríamos considerarla una gran fortuna. Así que, ¡a disfrutarla!
Publicación para la revista SEMENTERA: Mundo Rural en Palencia (abril 2016)

viernes, 18 de marzo de 2016

viernes, 11 de marzo de 2016

viernes, 4 de marzo de 2016

jueves, 3 de marzo de 2016

Cien años no se cumplen todos los días

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"Es sencilla, humilde, no le gusta ser protagonista, ni que la ponderen". Así describen a Saturnina Gutiérrez Martín sus familiares. Pero esta ocasión lo merece. Merece ser importante porque el pasado 11 de febrero cumplió 100 años y eso es algo de lo que pocos pueden presumir. Y no sólo por la edad en sí, sino por cómo está de salud. Me siento a su lado con la intención de hacerle las preguntas que llevo preparadas, pero al momento me doy cuenta de que no es necesario ningún guión porque con ella las palabras salen solas y el tiempo vuela escuchándola. Saturnina nació en Fresno del Río (Palencia), "siempre he vivido en Fresno, aquí naci y aquí he celebrado los 100 años", manifiesta. De hecho, puede presumir de ser la más longeva de toda la historia del pueblo. En su juventud, recuerda que "lo pasaba muy bien con los amigos, era reservada, pero aún así tuve algún novio antes de casarme". También señala que "hay muchas diferencias entre los jóvenes de antes y los de ahora. Hoy en día hay más vicios, más gastos… "antes, con un vestido, pasábamos". Se casó con 22 años y de ese matrimonio llegaron sus cuatro hijos Darío, Felipa, Manuel y Eugenio (más tarde, éstos le darían a Saturnina los ocho nietos y dos bisnietos que tiene en la actualidad). A los 45 años se quedó viuda y con cuatro hijos, el menor de apenas 3 años, tuvo que salir adelante. "Cuando enviudé se me hizo de noche, pero con la ayuda de Dios y la mía pude con ello", expresa. A partir de ese momento se dedicó a trabajar y a vivir para sus hijos. "Trabajé en el campo y era envidiada por lo bien que lo hacía. Nunca me cansé de la labor que desempeñaba. Tuve yeguas, caballos e incluso ovejas, de ello y del campo viví". Destaca que a sus hijos no les faltó nunca de nada y ella ha vivido feliz "lo he pasado bien, trabajando de lo que me gustaba y me ha ido estupendamente". A pesar de quedarse sola muy joven asegura que no ha vuelto a tener pareja "ni lo pensé, con mis hijos me bastaba". En la actualidad vive con su hijo Manuel, "le atiendo yo más a él" dice con gracia. "Igual sólo me ha hecho 3 tazas de leche en toda la vida, pero porque gracias a Dios no he necesitado más. Eso sí, en el campo es el número uno". Respecto a su día a día lo primero que hace cada mañana son "las camas y la habitación, por la tarde recojo la casa porque me gusta más que ir de paseo". Asimismo sigue el telediario porque "me gusta ver lo que pasa en España, pero sobre todo, las buenas noticias", aclara. Además escucha la Radio. Los domingos que no puede ir a misa "la veo por la televisión". Si algo hay que destacar de Saturnina es que, a sus 100 años, goza de una excelente salud. Cuenta que "los médicos me quieren mucho, pero sólo voy de vacuna en vacuna y me dicen que si todos hicieran lo mismo que yo, estarían en el paro. Dios me ha dado mucha salud. En las revisiones me dicen que "parezco una niña de lo bien que estoy". Pero no sólo tiene una salud envidiable, también una gran memoria. "Todavía recuerdo canciones de la comunión". En su centenario de vida sopló las velas con la familia y lo hizo por partida doble dado que, en el día de su cumpleaños al ser jueves, "no podían estar mis nietos y quería celebrarlo con ellos también el fin de semana". Ilusionada menciona que su hijo Manolín le cantó, como suele hacer en otras ocasiones, la canción de Manolo Escobar Madrecita María del Carmen, "me gusta mucho, es muy bonita y me emociona". Además, comenta que "también me hicieron poesías". Es un placer y un regalo que podamos disfrutar de personas como Saturnina que, a pesar de su edad, toda ella desprende alegría y vitalidad. ¡Felicidades y que Dios le siga dando tanta salud!
"Un altar llevo en mi pecho ardiente a la madre que me dio a mí el ser.
A esa mujer tan buena y valiente, de inmaculada frente ceñida de laurel.
Madrecita María del Carmen, hoy te canto esta bella canción con ella te brindo mi cariño
y lo mismo que cuando era un niño en mis labios pongo el corazón".

Madrecita María del Carmen - Manolo Escobar.

Publicación para la revista SEMENTERA: Mundo Rural en Palencia (marzo 2016)

domingo, 28 de febrero de 2016

Y nada más

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"Historia que tu hiciste, historia por hacer,
porque nadie resiste tus ganas de vencer.
Ya salen las estrellas, mi viejo Chamartín.
De lejos y de cerca nos traes hasta aquí.
Llevo tu camiseta pegada al corazón,
los días que tu juegas, son todo lo que soy.
Ya corre la Saeta, ya ataca mi Madrid. 
Soy lucha, soy leyenda, el grito que aprendí.
Madrid, Madrid, Madrid, ¡Hala Madrid! y nada más, y nada más
¡HALA MADRID!"

Con esta canción de fondo (y en bucle) por lo que significa y significó, por su letra, por su mensaje, por su significado, por el momento, por los recuerdos que me trae...con ella he decidio escribir esta entrada. Entrada que quiero y necesito hacer a modo de desahogo, más que nada porque no creo que llegue muy lejos (ni falta que hace). Mi Madrid, ¿dónde estas? o mejor dicho ¿qué te han hecho? No te encuentro, no te veo, no te reconozco en el campo... Es triste, pero desde hace un año me has ido quitando la ilusión poco a poco. Ilusión por ti, por verte jugar, por disfrutarte, por animarte, por hacerme feliz como tantas veces has hecho. Mira que me he resistido a hacerlo hasta el final, pero hay días o mejor dicho, partidos como el de hoy, en los que dices ya no puedo más. Cada partido importante, cada encuentro en el que tenemos que dar un golpe sobre la mesa, desde hace un tiempo, es una decepción más. Esta temporada ya van dos batacazos en nuestra casa, contra los eternos rivales, contra los equipos que más detesto, esos que más nos duelen a los madridistas... 0-4 ante el Barça y 0-1 ante el Atlético. En ellos, la misma plantilla, pero diferente entrenador. 

¿Dónde está el problema? Yo era partidaria de cambiar de entrenador porque no me gustaba Benítez en ningún aspecto y por ello tenía la esperanza de que, con Zizou, con nuestro queridísimo Zinedine Zidane las cosas iban a cambiar. Y sí, lo han hecho en los entrenemanientos, en la "alegría" de la plantilla en general (que antes estaba "amargada") y poco más. Goleadas en el Bernabéu ante equipos a los que casi por obligación teníamos que ganar (Depor, Sporting, Espanyol...), pero fuera de casa, sufriendo y perdiendo puntos. Y hoy, en el Bernabéu, en nuestro TEMPLO una vez más, palmando ante el Atleti. ¿La culpa de quién? Esa es la cuestión a la que hay que dar respuesta y por supuesto, solución. Ahora ya no vale poner como excusa y cabeza de turco al entrenador, no. La realidad es que no hay actitud, no hay ganas de correr, no hay ganas de morir en el campo, no hay ganas de respetar el escudo que se lleva en el pecho, no hay ganas de sudar la camiseta, no hay espíritu ganador, no hay alma madridista... No hay ganas de nada. Y cansa, indigna y molesta ver esto. Menos postureo en redes sociales, menos hablar fuera y más hacerlo dentro del terreno de juego. Una plantilla llena de estrellas, de figuras, de los mejores jugadores del mundo, pero que ahora mismo no es un equipo y cuando te enfrentas a uno como lo ha sido hoy el Atleti, que sí, es cuando se ve. En este Real Madrid el yo, el ego y los individualismos están por encima del Club y ese es un grandísimo error. Ya no siento ni vergüenza, más bien siento pena por no poder defenderte, por no saber a qué juegas y por ver hasta donde hemos llegado. ¿Dónde quedaron esos tiempos en los que decíamos: El Real Madrid no juega, emociona? Porque ahora, menos emocionar...cualquier cosa. Estamos en febrero sin Copa, sin Liga y a espensas de ver que pasa en la Champions (a día de hoy pocas esperanzas se puede tener en ella). Un desastre vaya.

Necesario despertar, necesario un cambio de actitud, necesario luchar, necesario pelear, necesario recuperar el señorío del que tanto presumimos, necesario ponerle ganas, necesario ponerle corazón, necesaria la unión de los jugadores para acabar este año lo más decentemente posible (dentro de lo que cabe), necesarios jugadores que hablen (dentro y fuera del campo) y necesaria una limpieza de vestuario a final de temporada (y si cae una en el palco también, mejor). Necesario que vuelva mi Real Madrid. No el que gana siempre, porque en el fútbol se gana y se pierde, pero sí el que pierde dando la cara y luchando hasta el final, no pasando del tema como si no va con ellos la cosa.

"La camiseta del Real Madrid es blanca, se puede manchar de barro, sudor y hasta de sangre, pero nunca de vergüenza". Y lo siento, pero a día de hoy, está manchada de vergüenza hasta arriba. 

Y nada más.

Bea Santos

viernes, 26 de febrero de 2016

viernes, 19 de febrero de 2016

viernes, 12 de febrero de 2016

viernes, 5 de febrero de 2016

¡Cheryshev, te queremos!

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Empezaré diciendo que sí, que aquí estamos de acuerdo con ese cántico que se ha puesto tan de moda últimamente, pero lo estamos en el contenido y no en la forma. Las aguas ya estaban calmadas, por así decirlo, en cuanto al tema copero y con el año nuevo, volvió la normalidad, salvo el cambio de entrenador del Real Madrid (Zidane por Benítez que fue sustituido) con el que había esperanzas de que Denis, el que trabaja como nadie, el que iba a entrenar a Valdebebas los días de descanso, el que con Rafa Benítez no había tenido apenas oportunidades, las tuvieras con Zizou. Pero no fue así a pesar de que tanto el técnico madridista, como directivos habían manifestado que no querían salidas y que todos los jugadores eran importantes. Por ello, aprovechando el mercado de invierno y las diferentes posibilidades, porque ofertas no le faltan, Denis se decantó tras diferentes rumores (Liverpool, Sevilla, Villarreal...) por el Valencia C.F. Fichaje que tuvimos que esperar hasta el último día para conocer. 

A raíz de ello, vinieron de nuevo las tonterías. Al incorporarse al equipo blanquinegro, Cheryshev volvía a estar dentro de la Copa del Rey (sí, esa en la que el Real Madrid quedó eliminado por alineación indebida de él) y para más gracia o morbo, la semifinal que disputaba el equipo Ché era frente al eterno rival del Madrid, el F.C. Barcelona, con la ida en el Camp Nou. La situación actual del Valencia no hace falta que la expliquemos aquí, pero a pesar de ello había ilusión en ese partido...hasta que empezó. El Barcelona se adelantó a los siete minutos de juego. A la media hora el resultado era 3-0 y antes del descanso los de Gary Neville se quedaron con un jugador menos por la expulsión de Mustafi. Denis, que no salió de titular, entró al campo en el minuto 57. Antes, en el calentamiento del ruso, el Camp Nou ya había dejado ver lo que, en el momento del cambio sería una ovación, obviamente, en tono de burla y unos cánticos de "Cheryshev te quiero" similares a los del partido contra el Cádiz. Pero Denis salió y, a pesar de que el equipo jugaba con diez, su entrada se notó. La única ocasión de gol fue gracias a una asistencia suya (lástima que estuviera en fuera de juego). El resultado final, 7-0. Un desastre se mire por donde se mire y a él, que acababa de llegar, le tocó vivirlo y sufrirlo como el que más. Y no sólo eso, también tuvo que dar la cara tras el partido o mejor, el único que tuvo las narices de hacerlo. VALIENTE. Esa es la palabra que podemos decirte en este caso. Respecto a la ironía del Camp Nou, poco podemos hacer los que te apoyamos, pero por lo menos, queremos dejar claro que los que se dedican a hacer chistes, mofas, etc etc, demuestran lo poco, por no decir nada, que te conocen. Una pena vamos. 

Quiero aprovechar para comentar que apoyarte es súper fácil, sí, porque a pesar de las circunstancias SIEMPRE tenemos argumentos para hacerlo. A pesar de todo, siempre das la cara, sales adelante y superas cada reto de forma admirable. Nosotras podemos sentirnos muy afortundas de haberte seguido desde la cantera (y haber disfrutado de tu juego en cada equipo al que has ido) y saber que jugador más profesional, trabajador, luchador y cercano que tú no hay. ¡Cuántos desearían tener en su equipo gente como tú, cuántos! Y a las pruebas me remito porque allá donde vas, te quieren.

Del partido del otro día nos quedaremos con tu vuelta, con tus minutos en el campo que deseamos que tengas todas las semanas y con esa alegría que tenías en el calentamiento, porque si algo no queremos, es que dejes de sonreír. ¡A por todas y a callar bocas como tú sabes!

"Hablan, luego cabalgamos" y no dudes de que aquí te queremos. De corazón.

Beatriz Santos (@_BeaSantos_)

Texto hecho para el blog de la página web:

viernes, 22 de enero de 2016

viernes, 15 de enero de 2016

domingo, 3 de enero de 2016

Como hemos cambiado

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Querido nieto:
¿Qué si hemos cambiado? Y no te hablo de lo que tú has crecido y de lo que yo he envejecido, no. Te hablo de los tiempos en general. A tu edad, cuando yo era un adolescente –porque aunque no te lo parezca y siempre me hayas visto así, también lo he sido- ¡las vueltas que había dado "por el mundo"!
Nací en una familia humilde de un pueblo palentino y era el segundo de seis hermanos. Empecé a ir a la escuela a los seis años y a ella acudía con un catecismo, una cartilla, un lapicero y una pluma. A los ocho años, cuando llegaba la primavera tenía que dejar las clases para ir a segar las linderas con un tranchete para las vacas. Ya con 13 años, en los meses de junio a septiembre, iba a dormir solo al monte para cuidar un rebaño de añojas y novillas. Como anécdota te comento que los ratones me comían la merienda que llevaba en la fiambrera. También te quiero destacar que si sé leer es gracias al esfuerzo de mi abuelo Silvino que me enseñaba en las noches de invierno después de cenar y a día de hoy es, precisamente la lectura, uno de mis mayores pasatiempos. De chaval tenía aficiones como la pesca y, una muy curiosa, quitar los nidos de los pájaros de los que llegamos a juntar entre 200 y 300 huevos para hacer la huevera. Fui creciendo y me tocó hacerlo de golpe cuando a los 16 años mi padre cayó enfermo y tuve que ocuparme, como hermano mayor de los varones que era, de todas las faenas del campo que hacía él. También fue en esta edad cuando empecé a ir a las fiestas de los pueblos cercanos, al principio íbamos toda la cuadrilla andando, después empezamos a hacerlo en bici. Cinco años después, con 21, ingresé en la mili y tristemente mi padre falleció, por lo que me dejaron ir un mes si y uno, para que pudiera ocuparme de los trabajos de la tierra...

Ahora todo es diferente. Desde los tres años los niños empezáis a ir al colegio. Los años pasan, vais creciendo y algunos llegáis hasta Bachiller, otros os quedáis con la Enseñanza Secundaria Obligatoria o decidís no acabarla. Yo sólo iba con un catecismo y una cartilla, ahora vais con mochilas más grandes que vosotros. Yo dejaba la escuela para ir al monte con las añojas y novillas, vosotros lo hacéis para iros de vacaciones unos tres meses... Algunos deciden entrar al mundo laboral antes que otros, pero en cualquier caso, créeme que no tiene nada que ver con lo que yo tuve que esforzarme por ayudar a mi familia. Ahora todos los padres, dentro de sus posibilidades, intentan ofreceros lo mejor, daros todas las oportunidades que ellos o nosotros no pudimos tener y por ello debéis aprovecharlas al máximo. Decidáis trabajar pronto o formaros más antes de hacerlo, dad siempre lo mejor de vosotros porque sólo así se consiguen cumplir todas las metas y sueños que nos marcamos.
Publicación para la revista SEMENTERA: Mundo Rural en Palencia (enero 2016)