Querido nieto:
¿Qué si hemos cambiado? Y no te hablo de lo que tú has crecido y de lo que yo he envejecido, no. Te hablo de los tiempos en general. A tu edad, cuando yo era un adolescente –porque aunque no te lo parezca y siempre me hayas visto así, también lo he sido- ¡las vueltas que había dado "por el mundo"!

Nací en una familia humilde de un pueblo palentino y era el segundo de seis hermanos. Empecé a ir a la escuela a los seis años y a ella acudía con un catecismo, una cartilla, un lapicero y una pluma. A los ocho años, cuando llegaba la primavera tenía que dejar las clases para ir a segar las linderas con un tranchete para las vacas. Ya con 13 años, en los meses de junio a septiembre, iba a dormir solo al monte para cuidar un rebaño de añojas y novillas. Como anécdota te comento que los ratones me comían la merienda que llevaba en la fiambrera. También te quiero destacar que si sé leer es gracias al esfuerzo de mi abuelo Silvino que me enseñaba en las noches de invierno después de cenar y a día de hoy es, precisamente la lectura, uno de mis mayores pasatiempos. De chaval tenía aficiones como la pesca y, una muy curiosa, quitar los nidos de los pájaros de los que llegamos a juntar entre 200 y 300 huevos para hacer la huevera. Fui creciendo y me tocó hacerlo de golpe cuando a los 16 años mi padre cayó enfermo y tuve que ocuparme, como hermano mayor de los varones que era, de todas las faenas del campo que hacía él. También fue en esta edad cuando empecé a ir a las fiestas de los pueblos cercanos, al principio íbamos toda la cuadrilla andando, después empezamos a hacerlo en bici. Cinco años después, con 21, ingresé en la mili y tristemente mi padre falleció, por lo que me dejaron ir un mes si y uno, para que pudiera ocuparme de los trabajos de la tierra...
Ahora todo es diferente. Desde los tres años los niños empezáis a ir al colegio. Los años pasan, vais creciendo y algunos llegáis hasta Bachiller, otros os quedáis con la Enseñanza Secundaria Obligatoria o decidís no acabarla. Yo sólo iba con un catecismo y una cartilla, ahora vais con mochilas más grandes que vosotros. Yo dejaba la escuela para ir al monte con las añojas y novillas, vosotros lo hacéis para iros de vacaciones unos tres meses... Algunos deciden entrar al mundo laboral antes que otros, pero en cualquier caso, créeme que no tiene nada que ver con lo que yo tuve que esforzarme por ayudar a mi familia. Ahora todos los padres, dentro de sus posibilidades, intentan ofreceros lo mejor, daros todas las oportunidades que ellos o nosotros no pudimos tener y por ello debéis aprovecharlas al máximo. Decidáis trabajar pronto o formaros más antes de hacerlo, dad siempre lo mejor de vosotros porque sólo así se consiguen cumplir todas las metas y sueños que nos marcamos.
Publicación para la revista SEMENTERA: Mundo Rural en Palencia (enero 2016)