 |
Foto: Beatriz Santos |
Javier San Segundo es el dueño del local palentino ‘The Lemon Society’, conocido como el bar con más ginebras del mundo. Este proyecto surgió gracias a la unión de sus dos pasiones, por un lado, la gastronomía y la hostería y, por otro, las actividades culturales. Todo ello ha hecho de este establecimiento un espacio multifuncional en constante movimiento.
Beatriz Santos: ¿Cómo nació la idea de crear el local?
Javier San Segundo: Hace diez años murió mi padre y quise montar una fundación en el lugar donde él tenía su negocio, un local orientado totalmente a actividades culturales, conciertos, exposiciones, charlas, coloquios… Por aquél entonces no se pudo hacer por cuestiones técnico-administrativas relacionadas con el Ayuntamiento, pero a partir de ahí empecé a darle vueltas al asunto. Se juntaron mis dos pasiones, la música en directo y las actividades culturales en general, además de la gastronomía y la hostelería que heredé de mi padre. A raíz de esto se me ocurrió crear en Palencia un local que fuera multifuncional, en el que se hicieran un montón de actividades que tuviera una oferta más amplia y diferente para los clientes.
B. S: ¿Por qué razón quiso marcar la diferencia con la ginebra?
J. S: No estaba pensado de antemano, sino que surgió con el tiempo. Es verdad que yo soy aficionado a ese mundo, pero primó ahí el querer diferenciarnos del resto de locales de la ciudad, para ofrecer algo que no existiera. Y poco a poco fuimos investigando y aprendiendo, porque no conocíamos previamente todas las ginebras que existían. También vimos que venía gente de Valladolid a nuestro bar porque teníamos gran variedad de esta bebida. Entonces es cuando se nos ocurrió llevar a cabo la idea del récord Guiness del bar con más ginebras del mundo y vimos que era algo realizable. Asimismo nos ha servido para dar a conocer nuestro local y nuestra ciudad fuera de las fronteras de la provincia en ferias, a las que hemos asistido el año pasado incluso con el Ayuntamiento, o la Diputación, con la marca Palencia Turismo.
B. S: ¿Se os ha concedido ya el récord Guiness o sigue pendiente?
J. S: Tenemos admitida la solicitud. Ellos te mandan un correo de confirmación diciéndote que la misma está admitida y es un proceso que en teoría tarda seis semanas, aunque llevamos siete semanas de espera. Una vez que contesten, nos dirán qué pruebas tenemos que mandar del número de ginebras que tenemos, casi seguro será una fe notarial. El récord actual lo tiene el Heather Hotel de Woodstock en el Reino Unido con 161 ginebras y nosotros ahora mismo tenemos 510.
B. S: ¿De qué país tienen más ginebras?
J. S: La ginebra aunque se hizo popular por los ingleses, tiene origen holandés y el mayor número de las que tenemos proceden de estos dos países.
B. S: Algunas serán difíciles de adquirir, ¿cómo se realiza el proceso de búsqueda de esta bebida?
J. S: Este proceso ha tenido más o menos tres fases. La primera es a lo que llegábamos nosotros físicamente: proveedores, supermercados…, todo este tipo de grandes superficies que hay dedicadas a la hostelería y que es la forma más directa. La segunda opción fue por internet y ahora mismo, cuando ya tenemos casi todo lo que existe, buscamos cosas muy raras. Por ejemplo, tenemos una exposición de ginebras antiguas y vamos a realizar otra, porque seguimos encontrando cosas especiales y que ya no se fabrican. Ahora lo que más buscamos son rarezas y las últimas novedades.
B. S: ¿Cuál es la ginebra más peculiar con la que se ha encontrado?
J. S: Yo diría que, por la complejidad que tiene y la manera en la que está hecha, sería Monkey 47,que es alemana. Quizá sea una de las ginebras de las más diferentes, especiales y cara, porque lo vale, tanto por su elaboración como por sus aromas y su sabor.
B. S: ¿Qué diferencia de precio puede encontrar el cliente si pide un gintonic en su local?
J. S: El precio oscila entre 5,50 y 35 euros. El más barato sería uno normal, como un Beefeater, un Master’s o un Seagram’s y el más caro sería el que lleva ginebra Zuidam, que es holandesa y tiene 20 años en barrica.
B. S: ¿Hay alguna ginebra que le falte en la colección?
J. S: El otro día me ha traído un amigo la ginebra más vendida del mundo que aún no la teníamos. Es San Miguel y viene de Filipinas, pero sólo se vende allí. Después hay otra ginebra que me falta y ya estoy apuntado en lista para adquirirla; es la más cara del mundo, Nolet’s reserva. Esta se fabrica en EEUU, aunque la destilería es holandesa y solo hacen 700 botellas al año.
B. S: Además de esta bebida, también destacan las tapas que preparan, ¿es un buen gancho para atraer al cliente?
J. S: Sí, y además de las tapas, damos mucha importancia al vino. Ahora mismo me atrevería a decir que somos el bar de Castilla y León con más vinos por copas. El vino y las tapas son un buen nexo porque a todos nos gusta comer algo con un vino o una caña y en eso intentamos esmerarnos, para que sea también un poco diferenciador.
B. S: Sabemos que traen música en directo al local, ¿de qué estilos es?
J. S: Hemos traído de todo. Desde reggae hasta pop independiente, hard-rock, heavy-metal, música de autor, música de los años 50, 60, 70, jazz, blues… Precisamente esto cuadra con la filosofía del local que es muy ecléctico, tanto en el tipo de clientela, como en las edades de la gente que viene. Hay una mezcla de clientes que para mí es muy bonita porque entra todo.
B. S: ¿Cómo definiría ‘The Lemon Society’?
J. S: Más que un bar, aunque ponga eso en la licencia, es un local multifuncional que está en constante movimiento, que crece cada día un poquito. Lo que pretendemos no es ser el mejor local, sino el local que a una persona le gustaría tener cerca de su casa.