Es una de las caras más
conocidas de Televisión Española, la periodista Marta Solano, es capaz de
transmitir a través del teléfono la misma sensación de cercanía que cuando la
vemos en pantalla. Puede presumir de haber sido imagen de
los Juegos Olímpicos de Londres y siempre está dispuesta a afrontar cualquier
reto que le depare su profesión. Curiosa, natural, inquieta son algunos de los
adjetivos que definen a esta madrileña que empezó su andadura como profesional
de la comunicación de TVE hace una década y cuya pasión es, sin duda,
comunicar.
Beatriz Santos: ¿Qué
le motivó para trabajar en este campo profesional?
Marta Solano: Echando la vista atrás, ahora pienso
que es la única profesión en la que me veo realmente y que tiene mucho que ver
conmigo. Me gusta la gente, me gusta comunicar, soy muy inquieta y curiosa,
pero después de selectividad llegué a pensar en hacer psicología, carrera que
no tiene nada que ver conmigo porque soy más de hablar que de escuchar, y
estuve a nada de no hacer periodismo. Creo que he acertado con esta profesión y,
en concreto, el periodismo deportivo al que le he dedicado gran parte de mi
trabajo fue un poco por casualidad, no algo vocacional. A mí me gusta mucho
practicar deporte y al ser una persona joven, risueña, mi manera de comunicar y
mi naturalidad vieron que tenía buena imagen para el tema de deportes. El
periodismo deportivo, en especial en televisión, es una gran escuela y te da
muchas oportunidades que en otras secciones como nacional o internacional a la
gente joven no le suelen dar. En este campo coges muchas tablas a la hora de
viajar, de presentar, de hacer imagen, de entrevistar y de verte en situaciones
comprometidas. Al final como se aprende es haciendo, tocando y estando sobre el
terreno.
B. S: ¿Recuerda
cómo fueron sus inicios en los medios de comunicación?
M. S: Sí, yo jugaba al baloncesto y empecé a hacer mis
pinitos un poco tarde. Estudié en la Complutense y ahí realmente la parte
práctica se tocaba poco. Mis compañeros durante el año o en verano estaban en
emisoras, radios o periódicos locales y por ello me entró el agobio al ver que,
en tercero, yo no había empezado. Dejé el baloncesto que era mi pasión y a lo
que dedicaba mucho tiempo, básicamente estudiaba y jugaba, y empecé con un mini currículum
ridículo por mi barrio en prensa escrita, en una revista local, donde conocí a
una chica que trabajaba en una emisora en Las Rozas y gracias a la cual lo
probé y me encantó. Pensaba que me iba a dedicar a la radio porque también estuve
en Cadena Ser y Radio Fórmula. En el último año de carrera, estando en la
Cadena Ser, me quedaba una asignatura para julio y me dijeron que no aprobara
el examen porque si no, no me iban a renovar la beca. En ese momento dije que
iba a hacer las cosas bien, a poner todo mi esfuerzo para aprobar ese examen, licenciarme en julio que era cuando tocaba y
no dejar de hacerlo por ningún contrato. Cuando acabó la beca en la radio me
ofrecieron ir a la televisión, a Localia, y ahí fueron mis primeros pasos en
televisión. En los medios locales, ya sea prensa, radio o televisión es donde
realmente te formas. Cuando llega la oportunidad en un medio de primera línea
que te pide locutar una noticia o redactar un texto, lo importante son las
tablas que has cogido antes en esos medios más pequeños, que para mí son un
aprendizaje fundamental, porque en el fondo no hay gran diferencia entre ellos.
B. S: De su
experiencia como periodista deportiva tendrá muchas vivencias y recuerdos, ¿con
qué se quedaría?
M. S: Te diría tres momentos. El primero cuando
aterricé en deportes. Yo estaba en nacional y tras seis meses sin hacer
nada, porque es una sección donde no dan
mucha confianza a la gente joven recién llegada dado que los temas que se
tratan son importantes, pedí el cambio a deportes en el telediario. A los pocos
días abrí el noticiario con un directo de la Selección Española, a la semana
estaba con Carlos Sainz en el Sahara porque se iba al Dakar a presentar el
Touareg de Volkswagen y fue increíble, al mes me fui a los Premios Príncipe de
Asturias con Fernando Alonso y, a los tres meses, estaba presentando
telediarios. Ese comienzo y esa confianza que depositaron en mí nunca la voy a
olvidar. Otro momento importante en mi carrera fue cuando di el salto de
presentar telediarios a presentar programas deportivos y retransmisiones. Ese
fue otro reto profesional. Por último, el que recuerdo con más cariño y un poco
cumbre de mi carrera como periodista deportiva fue ser imagen de los Juegos
Olímpicos de Londres en el año 2012 por todo lo que aprendí y porque supuso la
culminación de un sueño. Yo quería seguir en deportes hasta vivir al menos unos
Juegos Olímpicos, iba a ir a los de Pekín 2010, pero una semana antes me
fracturé el sacro trabajando y por eso los de Londres eran por honor y algo que
quería, además de lo que me supuso después profesionalmente. Para mí esa
experiencia fue el momento más bonito.
B. S: Tras tu
etapa como periodista deportiva llega la de presentar el programa España
Directo, ¿cómo enriquece a un profesional de la comunicación un formato
televisivo de estas características?
M. S: Muchísimo. El cambio para mí, más que hacer un
programa en directo diario de dos horas, porque ya venía de hacer mucho en
deportes y estaba acostumbrada, fue tratar otro tipo de informaciones más
amargas, como la crónica negra, en las que tienes que tener una delicadeza
especial. Me costó el cambio de registro porque venía de una información más
amena, más agradable y no emocionarse en directo es difícil. Por otro lado, por
primera vez iba a presentar sola durante dos horas y era una gran
responsabilidad. La verdad es que el directo, comunicar y los retos para mí son
un premio. He aprendido muchísimo en cambios de registro. De estar hablando de
un suceso, a hacerlo de un temporal o pasar de repente a una sección de cocina.
Además, muchas veces hacíamos el programa sobre la marcha porque de la reunión
inicial o las previsiones del día anterior, puedo decir que casi la mitad de
los días sonaba la cabecera del programa y no llegaban las imágenes por
problemas técnicos, se había cambiado el tema a última hora o teníamos directo
y se había levantado por completo toda la escaleta. A mí esos días son los que
más me gustan, a mí y creo que a todo periodista.
B. S: ¿Cómo cree
que internet ha cambiado la forma de hacer periodismo?
M. S: Muchísimo, hasta el punto de que, por ejemplo,
muchas veces en función de lo que es trending
topic o no, se puede incluso marcar la agenda informativa. Antes a lo mejor
pasaban desapercibidos algunos datos, anécdotas o meteduras de pata y ahora
enseguida se convierte en tendencia y un medio de comunicación a veces se ve
obligado a mencionarlo o hablar sobre ello. También, a la hora de interactuar,
no sólo como agenda del día, sino a la hora de un protagonista. Yo me hice Twitter porque estaba en Estudio Estadio y me di cuenta de que
muchas informaciones llegaban antes, o directamente, sólo por las redes sociales.
Si no tienes esas herramientas estás como en otro mundo y son realmente
necesarias. Además sirven para interactuar con la gente, lo estamos viendo en
todos los programas con el uso de los hashtags para que el público participe e
incluso en las audiencias, por ejemplo en televisión, no se mira sólo la de los
espectadores que es la tradicional, también se tiene en cuenta la de las redes
sociales. El que viva un poco al margen de todo esto es como si no estuviera en
el mundo, son plataformas de comunicación necesarias para un periodista.
Asimismo, para conseguir una entrevista o para que contacten contigo para un
trabajo, a la hora de campañas de publicidad o para presentar galas te
contratan en función de los seguidores que tengas. A mí hay mucha gente que me
contacta por Twitter. Ahora también
tengo un blog, intento estar al día, pero es mucho más trabajo para los
periodistas porque cada vez somos menos y tenemos que estar en todos los
frentes. Es complicado.
B. S: Comenzó en
Televisión Española en el 2005, ¿cómo ha evolucionado durante esta década la
cadena?
M. S: Ha cambiado radicalmente. Al poco de llegar yo
hubo un ERE y se fue la mitad de la plantilla, todos los veteranos de la casa.
En 2007 sacaron oposiciones y yo aprobé una, soy personal fijo de Televisión
Española y por ejemplo, a nivel laboral, a la gente que entramos con esa
oposición nos bajaron el sueldo y dos o tres categorías. Por otro lado, a nivel
de condiciones laborales a cambiado a peor, por desgracia, como en la mayoría
de las empresas. Se ha perdido personal muy valioso con mucha experiencia y los
más jóvenes no estamos en las condiciones laborales de antes. A nivel de
trabajo, al poco de llegar yo, comenzó la digitalización que agiliza mucho el
proceso, se pierde calidad porque aunque te den un curso para montar vídeos en
el ordenador tú no eres un profesional de montaje que controle todo, pero es la
manera de trabajar más barata y más rápida que ya se utilizaba en otros medios
de comunicación. En TVE donde sobre todo lo hemos notado y nos ha hecho mucho
daño ha sido que nos quitaran la publicidad porque nos ha restado independencia
y libertad al medio de comunicación. Además, ahora en época de crisis, el
presupuesto pactado inicialmente se ha reducido mucho y eso nos limita a la
hora de viajar, de renovar derechos de productos como la Champions que la
perdemos ahora en mayo, de perder series de éxito que se han ido a otras
cadenas, en definitiva, de ser menos competitivos. Yo sigo pensando que
Televisión Española tiene los mejores profesionales, pero cada vez tenemos
menos medios e independencia económica para poder competir y ofrecer productos
de calidad. Desde luego no es la edad de oro de este medio de comunicación,
pero los que estamos dentro luchamos cada día por el objetivo de ser una cadena
de servicio público.
B. S: Con esta
situación, ¿no se ha planteado la idea de volver a incluir publicidad?
M. S: Los trabajadores lo pedimos porque sabemos el
daño que ha hecho, pero no depende de nosotros. Hay muchos intereses, hay
cadenas que se han quedado con la parcela publicitaria que antes teníamos
nosotros y no les interesa puesto que siempre es mejor tener un rival más débil
en el mercado y más en esta carrera que es tan competitiva y tan feroz. No nos
lo van a poner fácil para que volvamos a tener publicidad, pero creo que es la
única solución y viabilidad para que esta empresa sea un medio independiente,
libre y competitivo. Necesitamos tener autonomía económica.
B. S: Aunque la
tecnología haya cambiado la forma de hacer periodismo, ¿cuáles son para usted los
principios de la profesión que no deberían cambiar nunca?
M. S: Sobre todo el contrastar las fuentes, que es
algo que no se hace, y el hacer periodismo de calle. Como ahora todo va tan
rápido y la información fluye de una manera vertiginosa y es más directa, tanto
a nivel periodístico, como a nivel de fuentes y del ciudadano, nos metemos
mucha presión y se cometen graves errores por ello. Hay que tener mucho cuidado
porque si un medio de comunicación, por las prisas, no contrasta las fuentes y
mete la pata en ese sentido, eso perjudica a la profesión. Es muy difícil tener
exclusivas, ser independiente, diferenciarse de los demás, pero creo que ahora
es más importante que nunca la deontología, la ética profesional, el contrastar
las fuentes y saber que no vale todo. Al final es la esencia, pero por el nivel
ritmo de trabajo muchas veces lo pasamos por alto.
B. S: Como
periodista que ha pasado por la misma situación ¿Qué consejo le daría a las
nuevas generaciones que se están formando para ser futuros profesionales de la
comunicación?
M. S: Lo primero que no pierdan la ilusión,
trabajando se puede, pero hay que esforzarse mucho y nadie te va a regalar
nada. Te vas a encontrar gente que tiene padrinos y lo va a tener más fácil, se
puede llegar sin ellos, yo no tengo y he llegado, no sé si cerca o lejos, pero
al menos me gano la vida como periodista y estoy donde quiero estar. Me da
mucha pena a veces cuando hablas con gente joven y parece que les preocupa más
la presencia que realmente estar formado. Yo creo que no hay que correr tanto,
hay que estar preparado de verdad y muchas veces, aunque no lo valoremos, la
fase de formación y las prácticas en medios locales son muy importantes. Yo no
me considero mucho mejor profesional que cuando tenía 25 años, estaba en una
radio local y me escuchaban cuatro personas, ahí fue donde me forjé como
periodista. El 90% de lo que soy ahora no ha variado mucho de lo que era
entonces. Ilusión, formación y tomaréis el testigo, yo confío mucho en vosotros
y aunque la cosa no está fácil es una profesión muy bonita, hay un país que
informar y hay que hacer las cosas bien.
B. S: Actualmente
sigue en Televisión Española, ¿en qué proyectos está trabajando?
M. S: Voy a empezar en abril un programa de
seguridad vial, que se llama Seguridad
Vital, que se va a emitir los sábados en la uno y empezaremos a grabarlo
después de Semana Santa. Es un año complicado con el tema electoral y vamos a
ver qué pasa con las parrillas. Hemos tenido cambios de jefes dentro de
Televisión Española y ha habido momentos convulsos de inestabilidad y todos los
proyectos están cogidos un poco con pinzas, a lo mejor lo que ahora es un
proyecto en unos meses se decide que no y depende mucho de la financiación.
Ahora es una nueva etapa, no estoy en deportes ni en informativos, estoy en
programas en Prado del Rey y mi objetivo ahora es desencasillarme de mi imagen
de periodista deportiva y tocar otros palos. Hay muchos proyectos en mente,
pero ya veremos cuáles se concretan.
B. S: El
periodismo es una profesión en muchos casos sin horario fijo y que requiere
mucha dedicación, ¿cómo se combina la vida personal y la profesional?
M. S: Es muy difícil. Como es una profesión tan
bonita, tan vocacional, te atrapa tanto que muchas veces no te das cuenta que
dejas de lado tu vida personal, tu vida familiar e incluso a ti misma. Cuando
empiezas a trabajar y ves que cuentan contigo para diferentes programas o
eventos lo ves como una oportunidad y al final pasan los años y te pasa
factura. Si el 90-99% de tu tiempo lo dedicas al trabajo tienes descuidada otra
parcela importante de tu vida. Si quieres estar en primera línea es complicado
mantener el equilibrio entre lo profesional y lo personal. En mi caso, tengo un
niño pequeño y ahora estoy en un momento en el que quiero frenar un poco lo
laboral para disfrutar de mi vida personal. Se paga el precio que tú quieras,
hay gente que lleva una vida más tranquila y si tienen tiempo para ellos.
Normalmente, para los que están en primera línea, es complicado conciliarlo.