Queridos abuelos:

Hoy soy yo quien os escribe y diréis, ¿por qué? Me gustaría contaros lo que significáis para mí y que seguro comparten la mayoría de nietos. Es algo que habitualmente, por el motivo que sea, no solemos hacer y que pienso que es necesario. Un abuelo o una abuela es, definido por la Real Academia Española,
"respecto de una persona, padre o madre de su padre o de su madre". Pero ¿qué significáis de verdad los abuelos para vuestros nietos? No siempre nos paramos a pensar la importancia que tenéis en nosotros y lo afortunados que somos todos los que podemos disfrutar tanto de vuestra experiencia, como de vuestras vivencias, anécdotas e historias y eso ninguna definición, por muy larga que sea, lo puede recoger. En muchos casos, los abuelos pasáis a ser unos segundos padres e incluso estáis más tiempo con vuestros nietos que sus propios progenitores. Cuando somos pequeños siempre estáis ahí para llevarnos al parque, para jugar con nosotros o para acompañarnos al colegio. También para darnos esa propina extra o simplemente, cuidarnos de la mejor forma posible. Cuando crecemos, si tenemos la fortuna de seguir contando con vosotros, estáis ahí para aconsejarnos, guiarnos y que no nos alejemos de nuestro camino. Y sin menospreciar a los abuelos, quiero hacer mención especial a esas abuelas que siempre sabéis deleitarnos con vuestro mejor manjar cada vez que vamos a visitaros porque, como vuestras recetas no hay ninguna… Todo ello, a pesar de que por diferentes motivos, las visitas suelen ser más escasas, cuando nos convertimos en adultos.
Y a todo esto le quiero sumar dos testimonios que me hicieron ver que significáis mucho más de lo que os acabo de señalar. El otro día estuve conversando con mi amiga Vero sobre este tema. Ella siempre ha vivido muy unida a su abuela y me comentaba que su ‘Lala’ –como ella le dice-, es una persona muy importante. "Es como si fuera mi segunda madre, sabe todo de mí y me conoce a la perfección". Su relación es, como ella define, especial. "Si tengo que ir de compras, Lala no tiene problema en acompañarme". Además, "mi abuela se lleva genial con todas mis amigas, a veces parece una más". Ha crecido, ha viajado y ha compartido muchos momentos con ella. En definitiva, "mi abuela es fundamental en mi vida y una parte de mi".
También tengo otra amiga, Nuria, que aunque ya no puede disfrutar de su abuela, para ella sigue igual de presente en su día a día. "Ahora ya no está conmigo, vivo a base de recuerdos que no consiguen llenar el vacío que dejó en mí cuando se fue. Todavía escucho su voz diciéndome te quiero, siento sus abrazos y oigo su risa cuando recuerdo nuestras tonterías. Todavía bailan mis pies si suena su canción, puedo percibir su olor impregnado en las cuatro paredes de su habitación y saborear sus mejores platos". Además, finalizó diciéndome que "la eternidad solo existe en nuestros corazones". Cada palabra que me dijo me llegó al corazón, pero me quise quedar con la última frase porque tiene toda la razón. Lamentablemente los abuelos no sois eternos físicamente, pero estoy segura de que sí lo seréis dentro de cada uno de vuestros nietos.
Publicación para la revista SEMENTERA: Mundo Rural en Palencia (diciembre 2015)